Comprar casa ya no sucede a los 30; Safe Proptech plantea una nueva estrategia para construir patrimonio

Por Redacción:

Ciudad de México.- Comprar una casa a los 30 años en México se ha vuelto la excepción, no la regla. En 1995, esa era la edad promedio para adquirir una primera vivienda. Hoy, tres décadas después, se ha desplazado hasta los 39 años, según datos recientes de 4S Real Estate. Esta diferencia de diez años no es menor: es la evidencia clara de una crisis de acceso a la vivienda para las nuevas generaciones.

El retraso tiene causas estructurales. El encarecimiento de la construcción, la escasez de vivienda asequible y el aumento constante del precio del suelo urbano se han combinado con un mercado laboral que no ha visto incrementos salariales proporcionales. A esto se suma un fenómeno urbano que golpea con fuerza en las grandes ciudades: la gentrificación.

En lugares como la Ciudad de México, zonas antes accesibles han sido transformadas por inversiones inmobiliarias que elevan su valor, expulsando a residentes tradicionales y jóvenes que hoy no pueden costear vivir ahí. Estudios publicados en Scielo México sobre procesos urbanos coinciden: la plusvalía en estos casos no beneficia al habitante local, sino que termina por desplazarlo.

Con ingresos promedio que rondan los $10,000 pesos mensuales, para buena parte de la población urbana, acceder a un crédito hipotecario realista o reunir un enganche se convierte en un objetivo lejano. El resultado es una nueva realidad: más del 70% de los mexicanos entre 25 y 39 años no cuentan con vivienda propia. El mercado de renta crece, pero no como elección, sino por falta de opciones reales de compra.

En este contexto, Safe Proptech, firma especializada en inversión inmobiliaria con enfoque estratégico, plantea un cambio de paradigma: dejar de esperar el “momento ideal” para comprar vivienda en las grandes ciudades y empezar a construir patrimonio desde hoy a través de un modelo que llaman plusvalía de apalancamiento.

La propuesta de Safe Proptech parte de una lógica clara: invertir en zonas con alto potencial de crecimiento —como Mérida o el Bajío— donde el costo de entrada es mucho más accesible y donde existen proyectos de desarrollo urbano planificado con comunidades habitacionales, comerciales y corporativas integradas.

El proceso es sencillo pero eficaz:

• El inversionista adquiere hoy un lote en una región con proyección de plusvalía.

• Deja que el tiempo y el desarrollo de la zona incrementen su valor.

• En unos años, revende con una ganancia significativa.

Usa ese capital como apalancamiento para comprar una propiedad en la ciudad donde realmente desea vivir.

No se trata de mudarse a esas zonas, sino de usar su potencial de crecimiento como un trampolín financiero. Según Safe Proptech, esta fórmula ha permitido a cientos de inversionistas jóvenes construir patrimonio sin la presión de tener que comprar en zonas inaccesibles desde el inicio.

Ante un panorama cada vez más restrictivo para la vivienda, la solución no está en esperar más, sino en invertir mejor. Con asesoría profesional, visión a mediano plazo y estrategias inmobiliarias sólidas, es posible recuperar el control financiero y abrir la puerta a un futuro con más opciones reales de vivienda.

Safe Proptech no solo ofrece propiedades, sino un plan claro: invertir hoy en donde sí es posible, para tener mañana la libertad de elegir dónde y cómo vivir.

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