Así recibieron a rehenes israelíes y presos palestinos liberados en Gaza

Por Redacción:

Ciudad de México, 14 de octubre de 2025. Escenas de júbilo y congoja se vivieron ayer en Israel, Gaza y Cisjordania durante el histórico intercambio de rehenes y presos entre Israel y Hamás, como primera fase del acuerdo de alto el fuego mediado por Estados Unidos. Tras dos años de cautiverio, los 20 rehenes israelíes sobrevivientes —entregados por Hamás a la Cruz Roja— regresaron a casa entre abrazos familiares y aplausos masivos, mientras más de 1,900 presos palestinos —muchos sin cargos formales— fueron recibidos con cantos y banderas en Ramala y Jan Yunis, aunque con amargura por deportaciones y la devastación de sus hogares.

El proceso inició a las 07:00 GMT en el centro de Gaza, donde Hamás transfirió a los rehenes —identificados como Guy Gilboa-Dalal (24), Eitan Mor (25), Matan Angrest (22), entre otros— al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Un convoy militar israelí los escoltó hasta la frontera de Kerem Shalom, donde helicópteros los llevaron a centros médicos en Tel Aviv y Petah Tikva. En el Hospital Beilinson, parte del Centro Médico Rabin, familiares aguardaban con globos azules y blancos. Avinatan Or (32), secuestrado durante el ataque del 7 de octubre de 2023, descendió de una furgoneta y abrazó a su hermano Moshe, quien levantó una bandera israelí entre lágrimas: “Es un milagro, pero duele por los que no volvieron”. Otro momento emotivo fue el de Yosef-Chaim Ohana (25), quien besó a su madre al llegar, visiblemente demacrado pero sonriente, según imágenes difundidas por el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí.

En la Plaza de los Rehenes de Tel Aviv, miles se congregaron frente a pantallas gigantes para ver la transmisión en vivo, gritando “¡Bienvenidos a casa!” mientras ondeaban fotos de los cautivos. El primer ministro Benjamin Netanyahu, en un breve discurso, elogió el “retorno triunfal” y agradeció a Donald Trump, quien esa misma mañana habló ante la Knéset: “Estos héroes representan el fin de una era de terror”. Sin embargo, no todos los regresos fueron completos: Hamás entregó también los cuerpos de cuatro rehenes fallecidos, transportados en un convoy policial que generó llanto colectivo en las calles de Tel Aviv. “Es agridulce; celebramos la vida, pero lloramos a los 28 que no regresan”, dijo una familiar en la plaza.

Del otro lado, el intercambio fue igual de cargado de simbolismo, aunque con toques de amargura por las condiciones de los liberados y las deportaciones. Israel excarceló a 1,968 palestinos —incluyendo 250 con cadena perpetua por ataques contra israelíes y 1,700 detenidos sin juicio durante la guerra—, divididos en grupos: 88 enviados a Cisjordania, el resto a Gaza o exiliados. En Beitunia, cerca de Ramala, un autobús del Centro Cultural llegó escoltado por la policía palestina, y cientos de personas —muchas con pañuelos verdes— gritaron nombres y vitorearon al ver a los exdetenidos hacer la “V” de victoria desde las ventanas. “¡Libertad para todos!”, coreaban, mientras familiares se agolpaban para abrazos que duraron minutos. Islam Ahmed, periodista de Gaza detenida el año pasado, descendió pálida y delgada, pero levantó el puño: “Fue miserable en prisión, pero hoy soy libre para contar la verdad”, relató a NPR.

En Jan Yunis, sur de Gaza, el Hospital Nasser se convirtió en epicentro de la bienvenida: miles aguardaron bajo la lluvia ligera, con banderas palestinas y carteles de “¡Bienvenidos héroes!”. Autocares con presos —muchos en sillas de ruedas, emaciados por torturas y falta de atención médica— fueron recibidos con dulces y abrazos. Una mujer, madre de un liberado con perpetua, sollozó: “Mi hijo regresa, pero su casa en Gaza es ruinas”. La Comisión de Prisioneros Palestinos reportó que 154 fueron forzados al exilio en Egipto, separándolos de familias destrozadas por la guerra. En redes, videos virales mostraron a exdetenidos besando el suelo gazatí, aunque denuncias de la BBC destacan amenazas israelíes: “Si celebran públicamente, vuelven a la cárcel”, advirtieron a familias en Cisjordania.

El intercambio, aprobado por Netanyahu y Hamás el viernes, marca el cierre de un capítulo sangriento que dejó 67,000 palestinos y 1,200 israelíes muertos. Trump, desde Sharm el-Sheikh, lo llamó “amanecer histórico”, firmando el pacto con líderes de Egipto, Qatar y Turquía. Sin embargo, persisten sombras: Israel retiene el control de medio Gaza, y la ONU urge reconstrucción ante la hambruna. En Tel Aviv, un padre de rehén liberado resumió el sentir: “Es paz, pero frágil; ojalá dure”. Mientras, en Ramala, un exdetenido palestino alzó la voz: “Esta libertad es por todos los que quedan atrás”. El mundo observa si este canje es semilla de reconciliación o solo un respiro en la tormenta.

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